Un experto en fútbol no es necesariamente alguien que sepa jugar al fútbol; un experto en filosofía en ocasiones no es una persona sabia, ni un teólogo tiene por qué ser un creyente ni un místico; un especialista en paz y derechos humanos no es automáticamente sinónimo de una persona justa y pacífica... Hemos construido un mundo en el que hemos disociado el conocimiento de la realidad, y hemos confiado su administración a especialistas que a menudo sólo saben, pero no necesariamente comprenden; y a lo mejor no son expertos lo que necesitamos, sino místicos (o las dos cosas)... El economista Manfred Max-Neef escribe que el problema es que sabemos mucho, pero comprendemos poco, y que "sólo podemos pretender comprender aquello de lo cual nos hacemos parte" (El mundo en ruta de colisión y otros escritos).
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