viernes, 12 de marzo de 2010

La cómica ausencia de lo cómico

"En una comisión especial del ejecutivo se discutía un día el ultimatum dado por la Junta Central de las Trade Unions inglesas a sus secciones locales de no adherirse, bajo pena de expulsión, al movimiento minoritario dirigido por los comunistas. Después de que el representante del Partido Comunista Inglés hubo expuesto el grave inconveniente del dilema, porque aceptando se iba a la disolución del movimiento minoritario y negándose a la salida de los minoritarios de las Trade Unions, el delegado ruso Piatnisky propuso una solución que parecía tan obvia como el huevo de Colón:

—Las secciones —propuso— declaran someterse a la disciplina exigida y luego, en la práctica, hacen exactamente lo contrario.

El comunista inglés le interrumpe: —Pero eso sería una mentira.

Una risotada clamorosa acogió la ingenua objeción, una risotada franca, cordial, interminable, como los tétricos despachos de la Internacional Comunista no habían oído otra igual; una risotada que se prolongó rápidamente por Moscú porque la divertida respuesta del inglés fue enseguida telefoneada a Stalin y a los despachos más importantes del Estado, provocando, dondequiera que llegara, nuevas olas de estupor e hilaridad, como luego supimos.

—Es muy importante para juzgar a un régimen —dije a Togliatti que se encontraba allí conmigo— saber de qué se ríe."

Ignazio Silone, Salida de urgencia (Madrid, Revista de Occidente, 1969, pp. 115-116).

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