Hoy tocaba cantar, concierto esta tarde de martes santo en la Basilica de Santa Engracia, disfrutando de "la humilde magnificencia, el sobrio esplendor del canto gregoriano" (Joris-Karl Huysmans), a pesar de sus imperfecciones.
La dificultad de cantar gregoriano al unísono me recuerda siempre las palabras de Bonhoeffer sobre la comunidad: "El canto al unísono, por difícil que sea, más que musical, es una cuestión espiritual. Sólo en la comunidad donde cada uno adopta interiormente una actitud de recogimiento y disciplina, el canto puede brindarnos el gozo que le es propio, incluso con imperfecciones musicales" (Vida en comunidad). Es decir, cuando no soy yo el que canta, sino la comunidad, aunque yo participe de ese canto.
La dificultad de cantar gregoriano al unísono me recuerda siempre las palabras de Bonhoeffer sobre la comunidad: "El canto al unísono, por difícil que sea, más que musical, es una cuestión espiritual. Sólo en la comunidad donde cada uno adopta interiormente una actitud de recogimiento y disciplina, el canto puede brindarnos el gozo que le es propio, incluso con imperfecciones musicales" (Vida en comunidad). Es decir, cuando no soy yo el que canta, sino la comunidad, aunque yo participe de ese canto.
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