De tierras zamoranas me he traído la edición que ha hecho el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo de la poesía de Claudio Rodríguez, que andaba más o menos dispersa en la estantería. Y al releer los versos de "Don de la ebriedad", que abren la obra, uno tiene la sensación de que la lectura —como la escritura, seguramente— no va a consistir en abastecerse o cargarse tomando de aquí o allá (cosas, ideas, palabras), sino tal vez en despojarse, en desprenderse, en desarmarse en el sentido literal de la palabra:
"Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don..."
José Jiménez Lozano también lo ha escrito así: "Y luego está lo más importante, lo esencial: que la sed no se apaga sino con agua de manantial, y así es la sed de lo que en una narración o un poema se busca. Lo que pasa es que para hallar ese agua, hay que cavar un pozo inmenso y que se nos conceda entontrar una veta pura. Porque siempre la claridad —luz o agua— es un don. No se sabe de dónde viene, sólo se sabe que hay que cavar mucho, esperar mucho, y que quizás no se nos dé". (La luz de una candela, Barcelona, Anthropos, 1996, p. 39)
"Siempre la claridad viene del cielo;
es un don: no se halla entre las cosas
sino muy por encima, y las ocupa
haciendo de ello vida y labor propias.
Así amanece el día; así la noche
cierra el gran aposento de sus sombras.
Y esto es un don..."
José Jiménez Lozano también lo ha escrito así: "Y luego está lo más importante, lo esencial: que la sed no se apaga sino con agua de manantial, y así es la sed de lo que en una narración o un poema se busca. Lo que pasa es que para hallar ese agua, hay que cavar un pozo inmenso y que se nos conceda entontrar una veta pura. Porque siempre la claridad —luz o agua— es un don. No se sabe de dónde viene, sólo se sabe que hay que cavar mucho, esperar mucho, y que quizás no se nos dé". (La luz de una candela, Barcelona, Anthropos, 1996, p. 39)
No hay comentarios:
Publicar un comentario