martes, 12 de octubre de 2010

Luz

Amaneció nublado en Medellín, con una lluvia fina de la que el sol sin embargo no tardó en deshacerse, para imponer el resto del día una luz fuerte, blanca, cegadora, que salpica toda la inmensa ciudad, como si fuera un empeño del cielo en subrayar con un rotulador fluorescente la palabra dolor.

Paseamos desde plaza Botero, por Carabobo, entre una multitud de paisas al frente de todo tipo de negocios: minúsculos, pequeños y medianos; legales e ilegales. Todo es una algazara de voces y reclamos, tratando de sobresalir por encima del mar de ruido de los coches y las motos. J. F. nos cuenta el trabajo y la investigación que lleva a cabo con los vendedores informales de la zona y el caso del "loro detenido": Al parecer, alguno de los vendedores de la calle adriestó un loro para que pudiera alertar de la llegada de la policía a quienes comercian sin permiso de ningún tipo; al enterarse de ello, la policía dispuso un pequeño operativo para localizarlo y acabó no se sabe si por confiscarlo o detenerlo.

De vuelta a plaza Botero, nueva visita al Museo de Antioquia —hoy además es gratis— para contemplar otra vez no solo la colección de Botero, sino el resto de las exposiciones. Entre todas ellas, como si estuviera esperándonos escondida, la discreta luz y la intimidad de la pequeña escena Confidencias, del pintor colombiano Antonio Cano. Otro regalo de luz.

1 comentario:

  1. tierra de contrastes pues a ese dolor subyacente, silencioso se opone un carácter abierto, amable sin límites y una alegría contagiosa de sus gentes
    que pugna por sobreponerse a cualquier otro sentimiento

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