domingo, 29 de agosto de 2010

Ensayos sobre la ciudad

Estos días he estado releyendo los ensayos que agrupan el último libro de María José González Ordovás: De formas y normas. A propósito del insincero poder del urbanismo (Valencia, editorial Tirant lo blanch, 2010, 158 págs.), que recomiendo a todos ustedes. Digo "releyendo" porque la mayoría de los capítulos del libro habían aparecido antes como artículos en revistas o libros colectivos, pero agrupados aquí, y bajo ese título, cobran nueva coherencia y actualidad.

María José González nos recuerda que, en el fondo, la forma es fondo y la ciudad no es simplemente el contexto de nuestras relaciones, sino las relaciones mismas: más que terreno, espacio u objeto, dice expresamente, la ciudad es una relación, una forma de relación. De ahí la importancia de volver la mirada y la reflexión hacia las transformaciones y la intervención sobre esa dimensión privilegiada de lo social que "somos".

Los ensayos que agrupa De formas y normas hacen un repaso crítico a esas transformaciones en un mundo vertebrado absolutamente por el consumo: la zonificación y la dispersión de las urbes actuales como nuevas estrategias de "guetificación", la privatización del espacio urbano, la "estética del contenedor", las estructuras posturbanas... Crítica del presente que no es necesariamente nostalgia de ningún pasado, María José parece compartir las palabras de Luis Martín-Santos cuando afirma que "La ciudad nació como hogar de libertades, de pactos, de participación, y convertirla en un decorado es una traición a su espíritu originario. Una traición que se pagará caro". Al leer los análisis y las reflexiones del libro, uno no puede dejar de pensar en las transformaciones de la ciudad en la que vive, en los grandes, pequeños —y en ocasiones incluso miserables— proyectos que vienen dado forma al espacio urbano en las últimas décadas, y con los que nuestros políticos locales siguen encarnando el viejo ideal ilustrado del jardinero, ahora al servicio de la globalización económica y del consumo.

Pero la reflexión crítica no está exenta de aspiración o deseo: "articular polis y urbs de modo adecuado a las nuevas realidades. Que la ciudad no sea Estado sin sociedad ni sociedad sin Estado, que la forma urbana no sea consagración legitimante de la desigualdad, que la administración de lo público procure los máximos niveles de justicia sin impedir la espontaneidad que en lo político llamamos libertad".

En algún lugar leí que un buen libro debería ayudar a conseguir al menos uno de estos cuatro objetivos: sabiduría, piedad, deleite y utilidad. En cierto modo, y a su manera, el libro de María José González ayuda en cada una de esas cuatro dimensiones.

1 comentario:

  1. Me has dejado con las ganas de leerlo. Intuyo que como banda sonora se le podría poner a Jonathan Richman con "Corner Store".

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