Se dice que la gente ya no viaja. Se desplaza. Es verdad; y también queda desplazada. Ayer después de unos cuantos vuelos de desplazamiento, piso por primera vez Brasil. Por la tarde, visita a la ciudad y alrededores. Es verdad también que todas las ciudades tienden a parecerse —sin conseguirlo. Pero siempre hay algo que les diferencia: la luz.
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