Un viejo amigo y maestro decía a menudo que el adolescente es el que quiere el milagro: lo quiere todo y lo quiere ya. Me he acordado de esa frase al encontrarme de bruces con este cartel en el campus. Sí, hace tiempo que lo del derecho a decidir se nos ha ido de las manos, pero siempre cabe una chirriante vuelta de tuerca más: aquí proponen un movimiento de estudiantes para decidirlo "Todo". Con lo complejo y delicado que es decidir sobre cada cosa, he pensado, y la cantidad de cosas que hay, como para hacerlo con todas ellas. ¿No es mejor repartirnos, confiadamente, el trabajo?¿no ha sido esa diferenciación de esferas y competencias, además, la dinámica de la historia para evitar el "totalitarismo" de los que lo deciden "Todo"?
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