A veces llegan a puñados, y seguro que a ustedes también: mensajes sombríos que viajan por el ciberespacio con alarmas de todo tipo y van pasando de mano en mano, de ordenador a ordenador, hasta llegar a tu bandeja de entrada del correo electrónico: alertando sobre los riesgos de utilizar determinadas tecnologías, sobre el peligro que conlleva el uso de algunos productos, sobre sucesos curiosos y dramáticos... Muchos seguramente son falsos; algunos tal vez son ciertos; pero todos tienen un denominador común: te cuentan una pesadilla supuestamente real y te avisan de que lo que ha sucedido es porque alguien cayó en la trampa de ayudar a alguien que en realidad lo que pretendía era estafarle, robarle, secuestrarle..., así que —dicen expresamente— "por favor, si alguien les solicita ayuda, no lo hagan". Posiblemente ese es el núcleo del mensaje, la conclusión que adornaron con luctuosos sucesos, dramáticas historias de suspense —muchas, seguramente, falsas; algunas, probablemente, ciertas—, la moraleja o idea central, convertida en la nueva ética de cabecera para sobrevivir en la sociedad del mal agüero, y que va pasando de mano en mano, de ordenador en ordenador, articulando una sólida e imperceptible cadena del miedo.
Éste es el que más me ha gustado.Literatura y contenido.Esa es la línea , creo yo...
ResponderEliminarHeavy Mental
Éste es el que más me ha gustado.Literatura y contenido.Ese es el camino,creo yo...
ResponderEliminarHeavy mental